sábado, 17 de mayo de 2014

Museo Arqueológico Joya de Ceren


En reconocimiento de su importancia, en 1993 Joya de Cerén fue inscrito en el Listado de Patrimonio Mundial de UNESCO. Es el único sitio de Patrimonio Mundial en El Salvador
El descubrimiento del sitio arqueológico Joya de Cerén
Esta área originalmente formaba parte de la hacienda San Andrés, uno de los mayores latifundios del valle de Zapotitán en el poniente de El Salvador. A mediados del siglo XX, la porción conocida como Joya de Cerén fue vendida al gobierno para realizar uno de los primeros proyectos de reforma agraria en el país. “Cerén” es un apellido, mientras que “Joya” es una expresión derivada del castellano antiguo que aún se usa en El Salvador para referirse a valle pequeño de suelo fértil rodeado por terreno accidentado.
Existen diferentes versiones acerca del descubrimiento de este sitio arqueológico. Afortunadamente, un participante clave aún labora para el gobierno salvadoreño y proporcionó información de primera mano sobre este hallazgo en una entrevista realizada en 1989. La siguiente narración utiliza esta información y otras fuentes verificables.
En 1976, el gobierno inició la construcción de un centro para guardar granos (perteneciente al extinto Instituto Regulador de Abastecimientos, IRA). El terreno fue nivelado por tractor, descapotando varios metros de depósitos volcánicos a fin de situar las instalaciones sobre el suelo más firme que se hallaba debajo. Cuando se terminaba estos trabajos preparatorios, se expuso un sitio arqueológico que había sido completamente enterrado bajo 4 metros o más de estos depósitos volcánicos, sin dejar indicio de su existencia en la superficie. El supervisor de construcción notificó al Departamento de Arqueología de la Administración del Patrimonio Cultural (la entidad cultural del gobierno en esa época).
Manuel López (entonces del Departamento de Arqueología y actualmente del Ministerio de Relaciones Exteriores) fue enviado a inspeccionar el descubrimiento. López narra que el descapote ya se había terminado al momento de la notificación, y él observó numerosos fragmentos de cerámica removidos por la maquinaria, incluyendo varios ejemplares de Policromo Copador, un conocido diagnóstico del período Clásico Tardío (600-900 d.C.). Los trabajadores contaron de pequeñas estructuras de barro que había sido expuestas – y destruidas. Dichosamente, esto fue verificado por el hecho de que dos estructuras permanecían a la vista, habiendo sido seccionadas en un talud cortado en un lindero del terreno. Ambas estructuras tenían una plataforma basal, y una mostraba un pared de bahareque. Entonces, para López fue evidente que se trataba de un sitio Clásico Tardío con estructuras conservadas bajo ceniza volcánica. El registró el sitio como Joya de Cerén. Aunque la importancia potencial obviamente fue reconocido, en ese momento la destrucción ya estuvo, en los terrenos circundantes se hacían cultivos sin perspectivas de otros dañinos proyectos de construcción, y el Departamento de Arqueología se encontraba saturado con proyectos, operando con muy poco personal y recursos.
Dos años después, en 1978, el Arqueólogo Payson Sheets inició el Proyecto Protoclásico, cuya actividad principal consistía en el reconocimiento aleatorio estratificado del 15% del valle de Zapotitán. Los miembros del proyecto fueron informados sobre el descubrimiento de Joya de Cerén por un arqueólogo que trabajaba para el Departamento de Arqueología (Richard Crane). Sheets agregó la investigación de Joya de Cerén a las actividades del Proyecto Protoclásico y supervisó el principio de su excavación en marzo, 1978, mientras que Christian Zier (miembro del proyecto) continuó la investigación entre abril y mayo. Las dos estructuras seccionadas por el talud de descapote fueron parcialmente excavadas y los resultados establecieron la gran importancia de Joya de Cerén: tal como en Pompeya, la erupción volcánica “congeló” un momento de tiempo en la vida de esta antigua aldea maya. Se determinó que la Estructura 1 (con paredes de bahareque) era una casa y en ella fueron encontrados herramientas y aún juguetes. La Estructura 2 (después redesignada como la Estructura 5) resultó ser una plataforma de trabajo abierta (sin paredes). Ambas estructuras tenían techos de zacate que fueron carbonizados durante la erupción, colapsando en una capa quemada. Se ocuparon muestras del zacate para análisis de radiocarbono, y junto con los resultados de excavaciones posteriores (evaluados por el Arqueólogo Brian McKee), se indica un fechamiento cercano a la erupción de entre 610 y 670 d.C. (calibrado, 2 sigma). Los cultivos, marcados por surcos y camellones, casi tocaban las estructuras y sobre ellos la ceniza volcánica conservaba huellas de plantas de maíz.

Vista de las primeras excavaciones en Joya de Cerén (1978), efectuadas por Payson Sheets y Christian Zier. Fueron estudiadas dos estructuras que quedaron cortadas por tractor en el límite del terreno. A la izquierda, la Estructura 1, una casa (detrás de la persona en la puerta hay un agujero grande producido por la erupción).
A la derecha la Estructura 2 (hoy denominada como la Estructura 5, aquí parcialmente cubierta con plástico), una plataforma abierta con techo que aparentemente servía como área de trabajo. Los únicos restos humanos encontrados hasta la fecha en el sitio consisten en dos entierros. Un entierro fue encontrado debajo de esta plataforma pero lamentablemente había sido casi destruido por el tractor. Entre las dos estructuras había un sendero marcado por algunas lajas. En esta fotografía, se observa como las capas de tefra (materiales volcánicos arrojados por el aire) se apilaban contra la Estructura 1 antes de cubrirla totalmente. Las estructuras fueron construidas sobre un suelo débilmente desarrollado de la ceniza blanca depositada por la erupción de Ilopango (siglo V d.C.), y aquí se puede notar unos 30 centímetros de esta “tierra blanca” en el corte debajo de la casa.
Los estudios posteriores en Joya de Cerén han mostrado que la ceniza de Ilopango cubrió evidencia de actividad humana anterior a estas estructuras, hasta ahora solo representada por unos tiestos dispersos de cerámica Preclásico Tardía. Joya de Cerén también tuvo una ocupación muy tardía. Justamente debajo de la actual superficie (sobre el corte en esta fotografía) existen restos prehispánico que probablemente fechen a vísperas de la conquista española (en el período Posclásico Tardío, 1200-1524 d.C.). Estos incluyen un probable rasgo residencial y el segundo enterramiento humano conocido en el sitio, ambos parcialmente destruidos, irónicamente, por un tractor utilizado para facilitar la excavación de las estructuras del período Clásico. Esto sería uno de lo únicos entierros pipiles jamás excavado. Los pipiles eran de origen mexicano y, para vísperas de la conquista, dominaban el poniente del territorio salvadoreño (foto del Museo de Sitio de Joya de Cerén).
En 1979-1980, Sheets hizo prospección remota de parte de Joya de Cerén, empleando radar penetrante de suelos (georadar) y resistividad de suelo para localizar anomalías que podrían representar estructuras profundamente enterradas. En éste y otros estudios subsecuentes, el georadar resultó ser particularmente efectiva en detectar posibles estructuras, así como los surcos y camellones de cultivos y para trazar la topografía pre-eruptiva del sitio.
Las excavaciones fueron reanudadas en 1989 y continuaron hasta 1996. Sheets y su equipo han excavado un total de 11 estructuras, y 6 más han sido localizadas pero no excavadas. La prospección remota sugiere la existencia de varias docenas más.
En 1996, las autoridades culturales (específicamente, la Dirección Nacional de Patirmonio Cultural, CONCULTURA) impuso una moratoria sobre nuevas excavaciones en Joya de Cerén. En las estructuras excavadas hasta entonces, se notaban progresivos deterioros y se razonaba que no se deba exponer otras antes de contar un procedimiento para asegurar su conservación. Sin embargo, se ha demostrado que el reentierro es muy efectivo para conservar las estructuras en este sitio. Cuando FUNDAR asumió la co-administración de Joya de Cerén en 2005, se levantó la moratoria y, en una reunión junto con el jefe del Departamento de Arqueología, le invitamos a Sheets que continuara excavaciones en el sitio con el ofrecimiento de financiar trabajadores y de proporcionar herramientas y otros materiales.
Aún no se han determinado los límites de Joya de Cerén. Se ha planteado que el sitio podría tener una extensión de aproximadamente 5 hectáreas o más; si esto es así, solo se han excavado el 2% o menos del área total del sitio. No cabe duda que las investigaciones futuras aportarán muchas sorpresas en el 98% del sitio hasta ahora desconocido
La creación del Parque Arqueológico Joya de Cerén
En 1989, con el descubrimiento espectacular de tres estructuras por Sheets y su equipo, el Lic. Ricardo Recinos se involucró con inagotable entusiasmo, con donativos para apoyar la investigación, desde cubetas hasta toldos para proteger las estructuras que estaban siendo excavadas en la temporada de lluvias. El proyecto de Sheets había propuesto concluir la temporada con la construcción de techos para proteger dos estructuras y el habilitamiento de un museo de sitio. Sin embargo, acercándose al último día, Sheets hizo saber que iba a reenterrar las estructuras. No iban a haber ni techos ni museo. Es justo reconocer que el reentierro era la mejor opción en caso de no techar las estructuras.
Recinos actuó apresuradamente. Estando en la junta directiva del Patronato Pro-Patrimonio Cultural (una ONG ahora difunta), Recinos logró convencer a los otros directores a “adoptar” a Joya de Cerén, y con el cierre de la temporada de 1989, el Patronato instaló los primeros techos sobre las tres estructuras prehispánicas expuestas. Desde ese momento, el Patronato trabajó con el Gobierno en adquirir terrenos, instalar techos permanentes, habilitar un museo de sitio y apoyar más investigaciones lideradas por Sheets. Los trabajos del Patronato culminaron en culminando en 1993 con la inauguración del Parque Arqueológico Joya de Cerén.
El año de su inauguración correspondía con el nombramiento de Joya de Cerén como Patrimonio Mundial, lo cual fue logrado por gestiones de CONCULTURA.
El Patronato co-administró Joya de Cerén hasta 2004.
Bajo el programa de PTR del Gobierno, FUNDAR inició actividades de co-administración a mediados de año 2005. En ese momento, los oficiales de CONCULTURA describieron el estado de Joya de Cerén como de "franca negligencia". Ese estado, y los cambios efectuados por FUNDAR hasta diciembre, 2009, se documentan bajo la sección Mejoras en el parque.

una bodega con las paredes caídas como casa de naipes (Estructura 7) y, al fondo, un temascal o baño sauna (Estructura 9). Por razones desconocidas, esta área de Joya de Cerén estaba "restringida" (accesible únicamente para visitas "VIP). FUNDAR lo abrió a la vista pública en diciembre de 2005.

Joya de Cerén se encuentra en el fértil valle de Zapotitán (la flecha apunta al sitio).
En la sombra de volcanes: Introducción necesaria a la arqueología en El Salvador
Joya de Cerén es solo uno de muchos casos conocidos en El Salvador donde las erupciones volcánicas han afectado la vida humana en el pasado. La presente breve reseña podría ser útil para mejor entender el contexto de Joya de Cerén.
El territorio de El Salvador presenta uno de los paisajes más volcánicos del mundo. El istmo de Centroamérica fue el resultado de la actividad volcánica, y con el tiempo los depósitos de ceniza y otros productos eruptivos se han ido meteorizando para formar suelos de renombrada fertilidad.
Sin embargo, este es un paisaje “vivo”, ya que han ocurrido varias erupciones documentadas desde la conquista española (1524), y los estudios geológicos han identificado numerosos eventos prehistóricos ocurridos en los últimos miles de años. A lo largo de milenios, la población humana viviendo en la sombra de estos volcanes tuvo que aguantar, adaptarse, o perecer, frente a esta situación. En algunos casos, como la gran erupción de Ilopango (en el siglo V d.C.) que afectó gravemente alrededor de 3,000 kilómetros cuadrados, la vigilancia y fuga no pueden haber sido suficientes como para salvar la vida de, probablemente, decenas de miles de personas.

El lago de Ilopango está ubicado en el centro de El Salvador. Varias erupciones se han originado debajo de sus aguas. La última fue "ayer" en términos geológicos, entre diciembre de 1879 y enero de 1880, pero afortunadamente fue de poca magnitud. La gran erupción de Ilopango en el siglo V d.C. fue un desastre humano y ecológico que afectó una extensión de unos 3,000 kilómetros cuadrados. La huella distinctiva de esta gran erupción es su característica ceniza blanca de textura muy fina, comunmente conocida como "tierra blanca", y denominada como "Tierra Blanca Joven", o TBJ, en los estudios geológicos y arqueológicos.
El tema de humanos y erupciones forma un constante en la arqueología salvadoreña desde su inicio formal a principios del siglo XX. En 1917, Jorge Lardé descubrió un estrato cultural expuesto en un corte hecho para un camino en el costado del cerro El Zapote, en el sector sur de la capital. El estrato había sido enterrado por la tierra blanca de una erupción entonces no identificada (resultó ser la “tierra blanca joven”, o TBJ, de Ilopango). Junto con Samuel Lothrop, Lardé continuó la investigación de este hallazgo en 1926. En 1940-1941, las excavaciones dirigidas en San Andrés por John Dimick descubrieron una capa de toba casi superficial que cayó sobre las estructuras en algún momento después del abandono del sitio (fue denominada como toba San Andrés), y en las excavaciones más profundas, se dio con la misma circunstancia de una capa de tierra blanca volcánica sobreyacente un estrato cultural similar a lo encontrado por Lardé (de edad Preclásico Tardía). En la misma década de los 1940s Stanley Boggs halló una situación similar en las estadías tempranas de la compleja pirámide de Tazumal.
En los trabajos de rescate arqueológico en el embalse Cerrón Grande (1974-1976) dirigido por Boggs, se hicieron dos notables descubrimientos debajo de la TBJ de Ilopango: una pirámide circular, y un campo de cultivo. Desde esa fecha hasta ahora, se han identificado un total mayor de 20 campos de cultivo (probablemente para maíz) que fueron cubiertos por la erupción de Ilopango, situados en la zona de San Salvador y el valle de Zapotitán.

Un campo de cultivo cubierto por la TBJ de Ilopango, expuesto por construcción en la zona de San Salvador. Sonia González proporciona escala. Este campo de cultivo, o "milpa", estaba sobre un suelo café oscuro. Hay un cultivo moderno de maíz sobre el suelo actual.
Una tragedia para la arqueología salvadoreña fue la destrucción en 1984 de un asentamiento completo que había quedado sepultado por la TBJ de Ilopango, es decir, el equivalente de otro Joya de Cerén pero más antiguo. Este sitio fue expuesto, y destruido, por tractores al construir la Urbanización La Cima en el sector suroeste de San Salvador.
En los 1990s, nuevas construcciones en el municipio de Antiguo Cuscatlán expusieron campos de cultivo de maíz mucho más antiguos que aquellos sepultados por la TBJ de Ilopango. Los estudios indican que éstos fueron enterrados por la erupción de Plan de la Laguna alrededor de 800 antes de Cristo. Estos son algunos de los campos de cultivos más antiguos que se conservan en Mesoamérica.

Uno de los campos de cultivo expuesto por construcción en la jurisdicción de Antiguo Cuscatlán. Este campo de cultivo estaba sobre un suelo café rojizo, y en su superficie se encontraban improntas de hojas de maíz. Según análisis de radiocarbono, fecha a aproximadamente 800 a.C. Fue cubierto por ceniza volcánica de color gris oscuro que se originó en el cercano cráter de Plan de la Laguna (en donde hoy se encuentran varias fábricas). Tal como muestra el cordel a nivel, esta "milpa" se declina ligeramente hacia la izquierda (norte). La cinta amarilla está extendida a un metro. En la agricultural tradicional de El Salvador, se siembran las hileras de maíz con una separación de un paso, y al parecer esto ha sido la costumbre desde hace casi 3,000 años.
también se han estudiado rasgos Coloniales enterrados por la erupción de 1658. En ese año, reventó el pequeño volcán de El Playón, situado en el extremo este del valle de Zapotitán. La erupción expelió un flujo de lava (que obligó el abandono del antiguo pueblo de Nejapa) y bastante ceniza. La ceniza obstruyó el flujo del río Sucio, dando lugar a la formación de un lago temporal (la laguna de Zapotitán, que fue drenado en el siglo XX, posiblemente fue un remanente de ese lago). Al cabo de varios días, el agua acumulada logró romper la barrera de ceniza, inundando grandes extensiones más allá de sus riberas y depositando una gruesa capa de la misma ceniza hecha lodo (es decir, un lahar). En 1995, al excavar pozos de sondeo preparatorios a la construcción del nuevo museo de sitio en San Andrés, Paul Amaroli descubrió un obraje de añil que había sido cubierto por ese lodo volcánico.
La antigua comunidad de Joya de Cerén fue enterrada por una erupción de otras maneras de inconsecuencia que ha sido estudiado por Dan Miller y otros geólogos. La erupción de "Loma Caldera" ocurrió entre aproximadamente 610 y 670 d.C. en un punto situado a unos 600 metros hacia el norte de Joya de Cerén. Fueron expulsados materiales que variaban desde ceniza fina hasta lapilli (de la textura de grava), con ocasionales bombas volcánicas. En breve tiempo (tal vez solo unas horas, y a lo sumo unos pocos días), estos materiales se enterraron el asentamiento bajo varias capas que sumaban a unos 4 a 8 metros de espesor. No obstante, el alcance de la erupción solo era alrededor de seis kilómetros.
Los visitantes a Joya de Cerén muchas veces preguntan si se han descubierto víctimas de la erupción. Efectivamente, se han encontrado víctimas pequeñas en las excavaciones: las tres bodegas estudiadas hasta la fecha contenían los restos de algunos ratones y de un pato (expuesto en el museo de sitio). Se hallaron gorgojos entre los granos almacenados de maíz y frijol. En el exterior, se han encontrado varios pájaros que fueron matados por la erupción (un suceso común en los eventos volcánicos). Pero aún no se han descubierto víctimas humanas. Según la evaluación de Miller, la erupción empezó con una serie de terremotos y esto lo demuestra la evidencia directa del sitio: parte de la cornisa de la Estructura 3 se desprendió y cayó al suelo en momentos cuando solo una mínima cantidad de tefra se había acumulado. Con los terremotos y el inicio de caída de tefra, es probable que los habitantes de Joya de Cerén no perdieran tiempo en huir. Si lograron ponerse a salvo más allá de la zona letal de la erupción es algo que solo podrá ser resuelto por las futuras investigaciones.
Hallazgos en Joya de Cerén: Cultivos y estructuras
Las excavaciones en Joya de Cerén han descubierto 11 estructuras y varios cultivos.
Cultivos
Aunque normalmente se mencionan los cultivos por último, es importante destacar la amplitud de información acerca de ellos que ha sido obtenida en Joya de Cerén.
Los cultivos, que a veces llegan hasta las puertas de las casa, incluían sobre todo maíz (Zea mays de la variedad Nal-Tel/Chapalote). Además de maíz, se han identificado (atestiguados en cultivos o ya almacenado):
• Fríjoles (Phaseolus vulgaris y Phaseolus lunatus)
• Ayote o calabaza (Cucurbita moschata)
• Chile (Capsicum annuum)
• Yuca o mandioca (Manihot esculenta)
• Quequexque o malanga (Xanthosoma violaceum)
• Algodón (Gossypium hirsutum)
• Maguey o agave (Agave spp.)
• Achote o bija (Bixa orellana)
• Jocote (Spondias spp., probablemente Spondias purpurea)
• Cacao (Theobroma cacao)
• Guayaba (Psidium spp.)
 Estructuras
Un total de 11 estructuras han sido excavadas en su mayor parte o totalmente (los números de la estructuras son correlativos, así que la Estructura 1 fue la primera en ser excavada). Hay cuatro áreas de excavación (operaciones) en Joya de Cerén, que también han sido llamadas como "grupos" o "conjuntos", lo cual contribuye a la confusión de los visitantes, ya que dos áreas (3 y 4) solo tienen una estructura cada una. Por esta razón, hemos utilizado el término "área" para la interpretación pública.


Plano del Area 1 (adaptado del Plano de Manejo de Joya de Cerén).

Plano del Area 2 (adaptado del Plano de Manejo de Joya de Cerén).

Plano de Areas 3 y 4 (adaptado del Plano de Manejo de Joya de Cerén).
A continuación, se discuten algunas de las estructuras de Joya de Cerén. Todas las estructuras fueron construidas con tierra. Al contrario de lo que se esperaría con estructuras de tierra, el material empleado tenía relativamente poco arcilla. Los techos eran de zacate (paja) sostenido por un armazón de madera rolliza.
Estructura 1 (Area 1)
Esta es fue la casa que quedó cortada en talud por los tractores de 1976, y proporcionó la evidencia de la existencia e importancia del sitio.
                                                              
                                                           

La Estructura 1 está en mal estado de conservación. En 1976, la mayor parte de su corredor fue destruido por el tractor. Después de su excavación parcial en 1978, un techo modesto de lámina proporcionó alguna protección contra la lluvia, pero ya para 1986, el talud de excavación había colapsado, quebrando las dos columnas del corredor y la pared de bahareque detrás de ellas. Las otras tres paredes fueron descubiertas durante las excavaciones de envergadura que se iniciaron en 1989. Las paredes se habían separado de las columnas y caído al suelo en gráfico testimonio de la violencia de la erupción, pero lamentablemente fueron destruidas por los excavadores a fin de revisar las áreas que cubrían. Se dieron daños adicionales cuando se hizo un experimento mal aconsejado en esta estructura. Se apiló arena caliente contra la plataforma basal con el objetivo de secarla rápidamente; esto provocó desprendimientos generales en su superficie, resultando en su actual apariencia "golpeada".
Tal como la mayoría de construcciones en el sitio, la Estructura 1 consiste en una plataforma basal, con columnas de barro sólido en las esquinas, y paredes de bahareque que corrían entre las columnas. Tiene un pequeñísimo corredor y una banqueta sólida (cama) ocupaba la mitad del espacio en su único cuarto. La base, columnas y banca son de barro lodoso modelado (en por lo menos un elemento fracturado se observaba huellas de mano, dejadas al presionar el barro plástico en la forma deseada. En casas tradicionales de hoy (cada vez más escasas), se construye una plataforma basal con el propósito de elevar el piso de la casa arriba del nivel de humedad. El techo de la Estructura 1 y otras en el sitio era de zacate.
Se ha propuesto que el hogar típico de Joya de Cerén está representado por las Estructuras 1 (la casa, cuyo uso prácticamente se limitaba a ser un dormitorio), 6 (una bodega) y 11 (una cocina). Puede ser una interpretación válida, pero a la fecha solo se tiene un ejemplo de este conjunto propuesto.En otros sitios contemporáneos, se han descubierto entierros alrededor de restos de casas, y debajo de ellas, que serían de sus propios ocupantes. La única excavación en Joya de Cerén debajo de una estructura fue debajo de la 5, donde efectivamente se encontró parte de un entierro humano.
Estructura 2 (Area 2)
Se trata de otra casa, muy similar a la Estructura 1. Su banqueta o cama tiene un nicho, dentro del cual se encontraron cuencos con restos de comida “raspados” por los dedos del comensal.
                                                                                          
                                             

Izquierda: Estructura 2, con su corredor a la izquierda, y su banca con nicho visible a la derecha.
Derecha: La puerta de la Estructura 2 está todavía llena de material volcánico.
Estructura 3 (Area 3)
La construcción más grande verificada en el sitio es la Estructura 3, y se cree que la Estructura 13 (todavía casi sin excavar) es muy similar; las dos (y posiblemente otras estructuras más) podrían formar una plazoleta. La Estructura 3 se erigió sobre una masiva plataforma basal y tiene paredes gruesas de barro modelado. Es de planta rectangular, con su entrada en uno de los lados largos. Su interior se divide en dos cuartos, con dos banquetas en el primero, y nichos en ambos. Aquí, como en otras estructuras, se encuentran asas de ollas reutilizadas, pegadas en posiciones donde hubieran servido para amarrar puertas (de tela o de cañas amarradas), mientras que otras, ubicadas en las esquinas, tal vez eran para colgar objetos. El techo se incendió y colapsó hacia inicios de la erupción volcánica; fue descubierto en las excavaciones como una impresionante capa gruesa de zacate carbonizado que cubría ambos cuartos. El techo se sostenía sobre una estructura de madera con horcones ubicados fuera de la estructura, que en las excavaciones fueron encontrados carbonizados y tumbados al suelo.
                                                                                    
                                 
Izquierda: Este lado de la estructura fue casi destruido por una pala mecánica utilizada por Payson Sheets durante sus excavaciones en 1989. Puede notarse la pared dañada.
Derecha: Aquí se muestra la excavación de Payson Sheets en 1989. Al fondo la pala mecánica que dañó gravemente la Estructura 3 (la porción dañada está cubierta con plástico). Sheets aparece a la derecha, en camisa oscura arriba del talud. 

La Estructura estaba casi vacía. Se encontró una olla grande sobre una de las banquetas y un cuenco guardado sobre un muro. Las aristas de las esquinas de los muros y la base daban a la estructura la apariencia de ser una construcción nueva. Sus muros exteriores quedaron marcados en bandas por las capas de depósitos volcánicos.
Los excavadores de la Estructura 3 sugieren que funcionaba como una “casa comunal”. Nosotros sugerimos otra posibilidad. La Estructura 3 plenamente (si bien modestamente) se acopla a los cánones de arquitectura residencial élite presente en sitios mayas contemporáneos, tales como Copán, tanto en su planta general como en detalles como nichos, colgadores y banquetas grandes. De hecho, en este sentido la única característica excepcional de la Estructura 3 es que fue construida de tierra, en vez de piedra, tierra y cal. De modo que existe la posibilidad que las Estructuras 3 y 13 hayan constituido un conjunto residencial de élite.
Estructura 6 (Area 1)
Una estructura relativamente sencilla, sin plataforma basal, con una pared de bahareque en el lado con puerta, y paredes de cañas solo parcialmente embarradas en los otros tres. Su interior contenía varias vasijas, una mano y metate, mazos y herramientas de obsidiana. Algunas vasijas se usaban para guardar granos. Se encontraron los restos de un pato que estaba amarrado en la estructura, y de varios ratones que vivían en el techado. La Estructura 6 es una de tres bodegas conocidas en Joya de Cerén.

La Estructura 6 (bodega) y al fondo, la Estructura 11 (cocina circular). El hoyo en la esquina de la Estructura 6 es el cráter dejado por el impacto de una bomba volcánica durante la erupción que sepultó Joya de Cerén.
Estructura 9 (Area 2)
Los baños sauna formaban parte de los hogares mesoamericanos y siguen siendo importantes entre los mayas de Guatemala y el sur de México. En la arqueología mesoamericana, generalmente se designan estas estructuras con el término "temascal" (derivado de la palabra nahua temazcalli), mientras que los actuales mayas de Guatemala, incluyendo los k'iché, kaqchikel y tz'utujil, las llaman tuj y las ocupan para bañarse, para el parto y para curaciones. Se han encontrado restos de temascales en varios sitios arqueológicos, siendo notable el hallazgo de ocho en el sitio de Piedras Negras en el norte de Guatemala. En El Salvador, Antonio Sol descubrió un temascal en Cihuatán durante sus excavaciones de 1929.
Sin embargo, el temascal de Joya de Cerén (Estructura 9) es el ejemplar prehispánico mejor conservado que se conoce. En común con otros temascales, la Estructura 9 tiene una baja entrada por donde los usuarios entraban gateando, a fin de conservar el calor adentro. En su interior, que solo ha sido parcialmente excavado, hay una caja de fuego hecho de piedras unidas con barro, y banquetas situadas alrededor (en este caso, forradas con lajas y, uno supone, petates). Un hoyo pequeño en el techo ventilaba el temascal.

El temascal (Estructura 9). Durante la erupción el techo en forma de domo recibió el impacto de una bomba volcánica que abrió el hoyo grande que se observa aquí, y luego el techo cedió un poco bajo el peso de los materiales volcánicos que se depositaron encima. El hoyo de ventilación aparece enfrente del boquete en el techo.
Una sorpresa en Joya de Cerén fue el techo de su temascal: un domo, elaborado en bahareque, y antiguamente protegido bajo una ramada de paja. Es el único domo conocido en la arquitectura mesoamericana. Este temascal descansa sobre una plataforma basal, y tiene gruesas paredes de barro modelado.
Estructura 11 (Area 1)
Una construcción de planta circular y paredes de caña abierta que servía de cocina. Su interior contiene las tres piedras del hogar mesoamericano (cuyo uso en El Salvador está casi extinto – en Nahuizalco todavía conservan el nombre derivado de nahua de “los tenamashtes”). Cuando fue excavada, la Estructura 11 tenía restos de un estante, vasijas para cocinar y servir comida, yaguales (anillos de zacate sobre los cuales se paran vasijas de base redonda), un metate, recipientes de morro pintados (jícaras) y varios otros objetos.

La Estructura 11 (cocina), con surcos de un cultivo de maíz. Se observan las tres piedras del hogar.
En la arquitectura vernácula tradicional (casi extinta), las cocinas se construían a cierta distancia de las casas para poner a salvo la casa en el evento de un incendio en la cocina. Esto ocurría con cierta frecuencia, especialmente en temporadas de vientos fuertes.
Estructura 12 (Area 1)
Esta construcción es única. Como las dos casas conocidas, tiene una plataforma basal con columnas en los extremos, pero hasta allí llegan las similitudes. Su corredor es considerablemente más largo, con seis nichos, una "ventana" de celosía y restos de una modesta pintura mural en su interior (¿estrellas o flores rojas?). Tiene dos cuartos, uno de ellos pequeño con una ventana de celosía, y el otro muy pequeño. El acceso al cuarto con ventana era notablemente laberíntico. El excavador ha propuesto que la Estructura 12 era el lugar de trabajo de "una chamana".
El mural de la Estructura 12 es el único conocido en la arquitectura prehispánico en El Salvador. Tal como se ilustra abajo, el mural no fue identificado por el excavador, y ahora está muy deteriorado debido a intervenciones indebidas y falta de conservación.

La enigmática Estructura 12. A la derecha se observa la "ventana" de celosía de su corredor.

La Estructura 12 originalmente tenía celosías en su corredor y en su cuarto mayor. Esta fotografía (de 1991) muestra la celosía de su cuarto antes de su destrucción en el terremoto de 2001. El terremoto, con una magnitud de 7.7 causó el colapso de la parte superior de este muro.

La Estructura 12 durante su documentación en 1996 por Manuel Murcia y Paul Amaroli para un informe de condiciones que fue entregado a CONCULTURA. Murcia está parado frente al mural en el extremo este del corredor. Mucia fue el encargado de Joya de Cerén durante varios años y contribuyó en diversas maneras a la arqueología de El Salvador. El identificó el mural en 1991, el cual curiosamente no fue notado en la excavación de la estructura; fue reportado por primera vez en el informe mencionado de 1996.

ARRIBA: Ubicación del mural en un dibujo de planta de la Estructura 12.
ABAJO: La sección A-A representada en el dibujo de planta. El mural consiste de pintura roja aplicada sobre un fondo claro. Aquí el color rojo es representado por sombreado gris. Los dibujos son tomados del informe de Murcia y Amaroli.

ARRIBA: Fotografía de 1991. La flecha indica la porción entonces expuesta del mural.
ABAJO: Detalle de la la misma vista de 1991. Se observa que el mural estaba en relativamente buena condición. La mayor parte aún estaba cubierta por tefra.


ARRIBA: La misma vista en 1996 (el detalle de la fotografía previa es a la izquierda). En una intervención no documentada realizada en alguna fecha entre 1991 y 1996, se terminó de exponer el mural y se aplicaron resanes en grietas y repello nuevo en áreas faltantes. Se ha perdido la brillantez original que se observaba en 1991. El tono oscuro de la pared es por su estado húmedo, resultado de la práctica de regar las estructuras que se hacía varias veces por semana desde aproximadamente 1994 hasta 2005. Es una lástima que el mural no fue registrado inmediatamente después de su excavación cuando sus detalles estaban mucho más evidentes, y que nunca se implementaron medidas para su conservación.
ABAJO: La misma vista en 2009. El mural es casi invisible; aquí está remarcado por el cuadro rojo. Se observan más cambios: se rellenó el piso hasta el nivel del mural, dejando retazos de geotextil negro y plástico. La práctica de regar la estructuras (suspendida por FUNDAR) resultó en el desprendimiento del repello - con parte del mural - en la zona junta al relleno.

Detalle tomado en 2009 del elemento a la izquierda del mural tal como aparece después de ser cuidadosamente humedecido por la Arqueóloga Claudia Ramírez. Esto ayuda en resaltar el pigmento rojo que aún queda. Se observa el desprendimiento general de su parte inferior debido a la anterior práctica de regar las estructuras. La Arqueóloga Ramírez realiza un estudio de pigmentos y su conservación en las estructuras de Joya de Cerén.

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